julio 06, 2009

INVERTIR EN JUVENTUD ES GENERAR DESARROLLO A ESCALA HUMANA


“El desarrollo tiene que ver con las personas y, no sólo con objetos, y por tanto el propósito esencial de todo estilo de desarrollo será el de procurar la adecuada satisfacción de la mayor parte de las necesidades humanas fundamentales…”

Desde sus orígenes, la propuesta del Desarrollo Humano se encamino en la búsqueda de alternativas diferentes al desarrollo económico como repuesta a la creciente demanda de necesidades insatisfechas de las personas en el mundo, propuesta que en si misma generó una serie de reflexiones colectivas que prepararon el camino para abordar fórmulas funcionales y aplicables para el aumento del bienestar, felicidad y satisfacción de un individuo.
Luego de este despertar, académicos y especialistas empiezan a evidenciar, lo que a mi modo de ver es la piedra angular de este problema, que no solo existía una pobreza sino pobrezas , que cualquier necesidad humana fundamental que no es adecuadamente satisfecha revela una pobreza humana. Punto relevante para profundizar a la Juventud en una dimensión estratégica y definitiva de una generación, entendida esta como “un nuevo cuerpo social integro, con su minoría selecta y su muchedumbre (...) compromiso dinámico entre masa e individuo, es el concepto más importante de la historia y, por decirlo así, el gozne sobre el que ésta ejecuta sus movimientos".
Sin embargo, es bueno entender que la humanidad entera tiene un mínimo común englobado en un marco biológico inmodificable: nacer, crecer, reproducirse, morir, pasos que en sí mismos son inapelables e irreversibles una vez se ha iniciado el ciclo, y a su alrededor cuentan con instituciones organizadas, en el marco de un Estado, con el objeto de brindar garantías y equidad para los individuos. Entonces se puede decir que, mal o bien, hoy se tienen definidos los roles: un Estado conformado en torno a la garantía del bienestar de la sociedad y las personas que reciben y comparten este beneficio.
Sea ese el punto de partida para el proceso de análisis y reflexión, pues este mínimo biológico está acompañado por otro emocional y psicológico perfectamente definido, sintetizado en cuatro etapas de transito, cada una con sus propios estadios para el individuo: niñez, juventud, adultez y adultez mayor. Pueden tener diversos nombres de acuerdo a la disciplina académica que los estudie y le pueden ser asignados distintos valores, pero conserva esos inapelables pasos naturales y biológicos que cualquier ser humano debe transitar.
Entonces, desde ese postulado se encuentra un piso, un soporte más amplio para delimitar y profundizar la discusión del Desarrollo Humano en cada paso mencionado, deteniéndonos en la Juventud y los jóvenes que la integran, entendidos estos como unos agentes con capacidad de integración y cohesión social, población cuya dinámica se acompasa naturalmente al ritmo de los tiempos y que demanda acciones precisas y efectivas en las cuales el rol del Estado y de la sociedad se hace más claro y más lógico, perfilando la inversión en la juventud y los jóvenes, generando desarrollo a escala humana.

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